19.6.06

Regreso.

Me perdí la toma de los estudiantes pingüinos”.

Ajena a la fiebre mundialera recién he venido a percatarme de los cambios que provoca cada evento como éste. A pesar del invierno, las lluvias, el frío...el fútbol vence barreras, incluso mi nulo interés.

Y los concursos de bellos jugadores, alegría en las miradas femeninas;
la risa de Ronaldinho.

Me perdí los sabrosos entretelones de la Presidenta Bachelet con la Sra. Hillary Clinton.

Y la tristeza que provoca la muerte de una escritora, Stella Díaz.

Me perdí el tributo a Borges. En algún próximo post voy a compensarme de eso.

En fin, todo tan importante, tan cambiante, sucesos que se deslizan uno tras otro sin darnos tiempo a meditarlos; tiempos de asombro...todavía. También de nostalgia por los amigos que no están...

En estos 21 días, muchas confidencias.

Emití algunas opiniones que a alguien le están cambiando la vida, aun cuando ha sido sin pretensiones.

Memoricé algunas palabras de El Libro. Parafraseé otras con mucho temor.

Ordené material de estudio, corregí pruebas de otros escritores, visité amigoas que a menudo reclaman de mi nula vida social, que parezco una aparición de mí misma, que soy una ingrata y todo eso.

Y cante mucho.

Oí grandes temas musicales y leí algunos autores entrañables. Música esplendente (si me permites ese antiguo adjetivo), nueva, tan hermosa que hace del baile algo noble, limpio, sin malicia. Por supuesto he bailado sin remordimiento ( me lo recomendó el médico como un buen ejercicio).

Y oré.

Sí, nunca lo suficiente, por supuesto, pero oré sinceramente, esperando de Dios una respuesta a súplicas de necesidades imperiosas, casi ninguna personal. En realidad necesito solo algunas cosas para ser feliz. Una tarde de otoño, un té con naranja, un mate con toronjil, una buena plática, una canción medio salsera y Su Espíritu fluyendo, la certeza que Él está para sostener o cambiar la realidad, si es necesario.


Un regalo para un amigo especial:

"¡Cuán bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos,
ni se detiene en el camino de los pecadores,
ni se sienta en la silla de los escarnecedores,

sino que en la ley del Señor está su deleite,
y en su ley medita de día y de noche!


Será como árbol firmemente plantado junto a corrientes de agua,
que da su fruto a su tiempo,
y su hoja no se marchita;
en todo lo que hace, prospera."

Salmo Uno (Biblia de Las Américas).

La foto gracias a: Diario El Mercurio, fuente Emol.

1 comentario:

Aeronauta dijo...

¡Qué bueno que estés de regreso! Bienvenida a la crudeza invernal :)
La verdad es queuno nunca ora lo suficiente ni adecuadamente, pero Dios todo lo puede y suple nuestra debilidad.
Saludos.

Para despedir el año 2006.

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