Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas de marzo 15, 2006

¡Cómo me gustan los sombreros!

Amo Santiago de Chile.

Durante algún tiempo la comunidad cristiana que frecuento (para algunos Iglesia, Capilla, Casa de Oración o Templo), realizó una serie de encuestas por la comuna a fin de recibir peticiones de oración de sus habitantes. Cuando más se conoce una ciudad es cuando oras por ella, caminando sus calles y deteniéndose en cada puerta, observando los detalles de sus jardines, las rosas, los crisantemos o las apapeladas buganvillas con su etérea perfección. Cada casa es un mundo secreto cultivado con esmero, construido año a año con el azadón, pala, un poco de agua y una “mano verde”. Casas con jardines interiores, con graciosos bonsái o patios que guardan antiguas historias de infancias felices; algunos aseguran que Santiago es una ciudad fea, antiestética, sucia y estresante. Los que así opinan no conocen esta ciudad. Ni su corazón de belleza perfumada. Ni sus diminutos espacios donde sueñan ojos inocentes, que tal vez un día lleguen a gobernar la urbe. Es verdad, San