
Un 94, 4 % de los chilenos tenemos fe que Dios es Dios.
Nada mal, por supuesto, para un país que tiene una presidenta agnóstica.
A cien años del Gran avivamiento de Azusa, ¡todavía hay esperanzas!
Esperanza de nacer de nuevo.
Esperanza de ver milagros.
Esperanza de la presencia de Dios llenando los hogares de paz.
Esperanza que el amor verdadero nos amiste, más allá de nuestro status o raza.
Esperanza del Espíritu soplando un nuevo avivamiento para las naciones.
Cuando William Joseph Seymour abrió la puerta de aquel mítico lugar, jamás imaginó (como siempre nos sucede frente a lo milagroso) que sería el inicio del más importante de los movimientos cristianos y su nombre se escribiría junto a los ya históricos como: Carlos Finney, Juan Wesley y Edward Irving.
¿Quién dice que tú no estés en esa lista algún día? (aunque la historicidad humana no es más importante que el "libro de la vida" ¿no?)
Dios obra insólitos y asombrosos designios, a pesar de nuestras dudas.
La foto gracias a:
kaia larsen.
Un soneto de Lope de Vega:
¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?
¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta cubierto de rocío
pasas las noches del invierno escuras?
¡Oh cuánto fueron mis entrañas duras,
pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío,
si de mi ingratitud el hielo frío
secó las llagas de tus plantas puras!
¡Cuántas veces el Ángel me decía:
«Alma, asómate agora a la ventana,
verás con cuánto amor llamar porfía»!
¡Y cuántas, hermosura soberana,
«Mañana le abriremos», respondía,
para lo mismo responder mañana!