16.5.06

El poder de la ficción.


Siempre me ha parecido una virtud el revuelo que provoca cada cierto tiempo algún libro en las sociedades; la respuesta significativa a un acto de ilusionismo como lo es la escritura, más si ésta se relaciona con una red intangible como Internet.

Orson Welles causó una verdadera crisis de pánico en Estados Unidos al transmitir su radio- dramatización de La guerra de los mundos; con un estilo tan realista que irrumpió la vida cotidiana a través de los medios masivos y se volvió tan efectivo que muchos norteamericanos corrieron aterrados ante la inminencia de un ataque interplanetario.

Me he resistido a escribir sobre obras literarias, pero ya que topamos con la minificción del post anterior, hablemos en breve de el Código Da Vinci, expuesto en la cuneta de todas las calles rentables de la capital. En Santiago de Chile. Formato: Hoja impresa, VCD y DVD.

Me pregunto por qué llama tanto la atención una obra literaria, más que Borges o Cortázar, muy superiores a mi modesto entender (nunca he visto libros suyos en el comercio callejero). Tal vez se explique por la muy buena campaña de marketing, un poco avivada por los católicos que han reprobado el libro y ahora la película.

Algunos medios alegan que el libro es “científico”. Otros que es una patraña” bien inventada. Poner en duda la historicidad no es una tendencia nueva; satirizar la fe, menos; autenticar lo apócrifo ya sucedía en los primeros siglos.

Recordemos la conmoción de las caricaturas de Mahoma”, que dejó varios heridos en el camino. No necesitamos tomar una espada para agredir a los acérrimos defensores de la novela, simplemente invitar a los que se dan el trabajo de leer a Dan Brown, para que investiguen en los cuatro evangelios y miren a Jesucristo en su forma de enfrentar las circunstancias de su época. Bastará eso para comprender dónde termina la ficción y empieza la vida real.

Inconfundible, por cierto.

Para despedir el año 2006.

"renuncio al peso muerto de mi terco pasado" Invariablemente te encuentras con los balances de final de año. Cada medio hace ...