12.9.06

Alegría y tristeza.

No sé si solo los hombres saben que morirán. Una vez se murió un perro delante de mis ojos y su expresión era (como dice mi amigo ecazes) de desolación. Tal vez no sabía lo que era la muerte -¿quién lo sabe?-, pero esa mirada era una despedida, definitivamente.

Los agnósticos adjudican a esa especie de angustia que a veces nos asalta a la conciencia religiosa y a la promesa de una vida eterna. “¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?”, gritaba el Apóstol Pablo.

“Para todos tiene la muerte una mirada”, escribe Pavese.

“Y la muerte no tendrá señorío…” sueña Dylan

Se nos enseña cómo vivir.

Poco a morir.

Alguna vez escribí:“Cómo vives y cómo mueres hace la diferencia entre la nobleza y la vulgaridad; entre lo inmortal y lo perecedero” (si deseas leerlo aquí va).

Entre las muchas alegrías, las huellas de sangre en mi vereda me entristecen.

Para despedir el año 2006.

"renuncio al peso muerto de mi terco pasado" Invariablemente te encuentras con los balances de final de año. Cada medio hace ...