Porque sí hay que darse tiempo para leer a don Jorge.
Habitualmente lo leo en voz alta.
Adquirí esa costumbre cuando hice ese ejercicio con mis alumnas; nos resultó francamente delicioso escuchar extraordinarias lecturas de Salmos, algunos clásicos y poemas propios, cuando cada una leía al resto de la clase en su propio estilo; algunas más dramáticas, otras frías e impersonales o muy sencillas, sin demasiado teatro. Decidimos seguir con esa práctica, aun cuando las clases hayan terminado.
Hay escritores perfectos para la voz.
Sin embargo no quiero relatarle eso, precisamente.
Leo de una mujer que puede recordarlo todo. Los científicos le llaman “la mujer calendario”
“La mujer le comentó a los investigadores que siempre había tenido una memoria rica en detalles para los episodios: su primer recuerdo es de cuando estaba en la cuna (ella cree que tenía entre 18 y 24 meses) y se despertó por los ladridos del perro de su tío. Recuerda el nacimiento de su hermano cuando tenía tres años. Informó que varias personas de su familia paterna tenían excelentes memorias, pero ninguna tan buena como la suya. Ella cree que su memoria sufrió un cambio cuando a la edad de 8 años su familia se mudó de la costa este a la oeste. Traumatizada, comenzó a hacer listas con los datos de los viejos amigos, a buscar fotos de su vieja casa, y a recurrir constantemente al pasado. Poco después de aquello comenzó a escribir detallados diarios. Escribir se convirtió en una obsesión, y en ocasiones añadía seis o siete entradas al día a su diario. “Algunas personas me llaman la mujer calendario mientras que otras abandonan la sala presas de un pánico total”, les dijo a los investigadores. “La mayoría creen que es un don, pero para mi se trata de un problema. ¡Todos los días recorro mentalmente mi vida entera y eso hace que me vuelva loca!”
Borges escribe de Funes, el memorioso.
“…empezó por enumerar, en latín y español, los casos de memoria prodigiosa registrados por la Naturalis historia: Ciro, rey de los persas, que sabía llamar por su nombre a todos los soldados de sus ejércitos; Mitrídates Eupator, que administraba la justicia en los veintidós idiomas de su imperio; Simónides, inventor de la mnemotecnia; Metrodoro, que profesaba el arte de repetir con fidelidad lo escuchado una sola vez. (…) Me dijo: "Más recuerdos tengo yo solo que los que habrán tenido todos los hombres desde que el mundo es mundo". Y también: "Mis sueños son como la vigilia de ustedes". Y también, hacia el alba: "Mi memoria, señor, es como vaciadero de basuras".
También olvidar es un don de Dios, tan precioso como poseer una buena memoria ¿o no?
La frase:
“Los cerebros de las mujeres me parecen especialmente misteriosos.” Stephen Hawking
Una dirección:
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La foto es de:
sitanous.com
La Palabra:
"Siempre doy gracias a mi Dios al recordarte en mis oraciones, porque tengo noticias de tu amor y tu fidelidad hacia el Señor Jesús y hacia todos los creyentes." (Apóstol Pablo)