Debía exaltar el espíritu caballeresco; su papel principal era la gloria de Dios y la defensa de la religión cristiana.
"Para proteger la Iglesia, que de Dios es su Casa, la he puesto bajo la noble orden que llaman el Toisón".
El primer patrono de la Orden fue el héroe griego Jasón quien, según la leyenda, viajó con los Argonautas en el navío donde conquistó el Vellocino de Oro gracias a la ayuda de los talismanes mágicos de Medea, hija del rey Eetes de la Cólquida. De este modo, el Toisón de Oro se convirtió en el símbolo de Jerusalén, Ciudad Santa que debía ser reconquistada por el Duque y sus caballeros mediante una Cruzada.
El mayor problema era que Jasón no era cristiano, en absoluto. Además su vida no era muy santa (bueno, ¿quién podría decir que su vida lo es, aun en el medio-evo?), así es que fue necesario buscar algo afín a la tradición bíblica.
¡Tate!, o sea, ¡Eureka!, una mente brillante recordó a Gedeón y el vellón que colocó al rocío de la noche y la posterior victoria sobre sus enemigos.
De esa manera el Toisón de Oro presagiaba, como aquel, la futura victoria del Duque y el rescate de la Tierra Santa. Sus mechones blancos cargados de rocío celestial simbolizaron desde entonces la pureza virginal de María. Todo ok.
*
(El paisaje es de La Patagonia; no tiene mucho que ver con la historia, pero es lindo ¿no? )
No hay comentarios.:
Publicar un comentario