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Mostrando las entradas de mayo, 2006

21 días de lecturas, oración y retiro.

Volveré el 19 de junio. Por ahora les dejo este regalo, tomado de 365 traducciones, una buena lectura. "Lo primero que la bebé hizo mal fue arrancar páginas de sus libros. Por eso pusimos una regla: que cada vez que rompiera una página tenía que quedarse sola en su cuarto cuatro horas seguidas con la puerta cerrada con llave. Al principio rompía una página al día y la regla funcionaba bien aunque los gritos y el llanto que salía de detrás de la puerta nos destrozaban los nervios. Razonamos que ese era el precio que había que pagar. O parte del precio. Pero conforme mejoraba su habilidad manual empezó a romper dos páginas al día lo que significaba ocho horas sola en su habitación a puerta cerrada. Lo que representaba el doble de problemas para todos. Pero aún así no dejaba de hacerlo. Y después, conforme pasaba el tiempo, había días en que rompía tres o cuatro páginas lo que la llevaba a su habitación hasta dieciséis horas de una vez, interfiriendo con su rutina alimenticia y pre

Anhedonia.

Recuerdo con mucha facilidad palabras raras. Mistagogo Dialéctico Albatros Ecotomografía Pillanlelbún Acrónimo Demagogia Insimilipupitre Migraña Birlibirloque Encaramintintangulado Misántropo. Inescrutable. Entre todas me detengo en esta: Anhedonia Poco a poco olvidó reír. Ni siquiera recuerda el sonido de la voz que hacía temblar sus atardeceres. No tiene demasiada curiosidad en ello. Cada tarde cuando él llegaba del trabajo, encontraba la estufa encendida, la mesa dispuesta, la sopa caliente y siempre, siempre un postre. Ella era experta en dulces. Brazos de reina, torta mil hojas, queque de naranja, pie de limón, alfajores, chilenitos, rollitos envueltos, sopaipillas; de sus manos maravillosas salían miles de sabores que deleitaban a la familia. ¡Ah esas tardes de domingo después de un buen almuerzo! Todos esperaban expectantes el té con canela o con ese pequeño toque con jugo de naranja acompañado de algún b

La primera lluvia.

Fotografía de: Sarah Underhill De pronto el mundo se llena de alegría Los niños salen a las calles Y danzan Como antiguos indígenas Bajo las gotas que caen Alborotadas por la brisa. Toda la naturaleza vuela Salta, se expande En gritos El ambiente coordina Con el cielo En nubes que Bajan oscureciendo la ciudad Benditas probabilidades Vida en la semilla Frescura en el lenguaje De nuevo otro renacer.

¿Qué tan felices son los chilenos?

Un estudio publicado ayer nos revela que somos bastante felices los chilenos (as). 68 % ellos. 64 % ellas. Nada de mal para un país donde el mejor negocio (legal) es colocar una farmacia. A pesar de los largos viajes en el Transantiago. La humillante espera en los consultorios. La mendicidad en las calles y los seudo trabajos. A pesar de la fragilidad en las relaciones sentimentales y la apología que hacen algunos del divorcio como una pócima arreglalotodo. A pesar de los cambios en la economía, el ascenso constante de los malls, el desarrollo de una cultura individualista que busca el prestigio y el éxito a toda costa, los chilenos hemos llegado a la conclusión que la mayor fuente de felicidad es la familia. No es un asunto menor. Yo hubiera preferido que la respuesta fuese “mi fe” como el mejor ingrediente de bienestar, pero que seamos un pueblo que valora las relaciones familiares por sobre las económicas, no me molesta. Para leer más: Aquí

La muerte también lee.

Hay un momento singular en la historia de la humanidad. Un tiempo que todavía no vivimos, pero que llegará, sin duda. Un día donde la temida, la evitada, la que mira a todos, se olvidará de los hombres. Un amigo, al que le comento estos versos, ríe divertido. "Tal vez esté entretenida leyendo", me dice. En realidad ¿qué sucederá para hacerla huir y se olvide de los nombres de su bitácora? “En esos días buscarán los hombres la muerte, pero no la hallarán. Ansiarán morir, y la muerte huirá de ellos.” * “In those days men will seek death and will not find it; they will desire to die, and death will flee from them.” * "En ces jours-là, les hommes chercheront la mort mais ils ne la trouveront pas. Ils l'appelleront de leurs vœux, mais la mort les fuira. " * "In quei giorni la gente cercherà di morire, ma senza riuscirvi, perché la morte non verrà. Gli uomini desidereranno morire, ma la morte fuggirà via" * "Naqueles dias os homens bu

Religión/Relación.

El Código Da Vinci es sólo un detalle en toda una permanente insinuación de los medios informativos para sumarse a la corriente liberal, new age o agnóstica que invade al mundo, en un intento por racionalizar todo aquello que no pueda comprobarse científicamente (de hecho el Código tiene poco o nada de científico). No es una novedad que los seres humanos quieran rechazar a Dios. 700 años antes de Cristo decían: “rompamos las cuerdas que nos atan a Él, destruyamos el lazo con que nos rodea” (paráfrasis del Salmo 2). ¿Hay algo nuevo bajo el sol? Nuestro problema como sociedades no es la veracidad expuesta en La Palabra “… en el fondo, no es una cuestión intelectual, como si simplemente nos faltarán datos para poder aceptar las evidencias sobre la verdad de Cristo. En realidad es un problema moral y espiritual. Karl Popper decía ya en 1969 que “la teoría social de la conspiración es una consecuencia de la falta de Dios como punto de referencia y de la consiguiente pregunta: ¿quié

El poder de la ficción.

Siempre me ha parecido una virtud el revuelo que provoca cada cierto tiempo algún libro en las sociedades; la respuesta significativa a un acto de ilusionismo como lo es la escritura, más si ésta se relaciona con una red intangible como Internet. Orson Welles causó una verdadera crisis de pánico en Estados Unidos al transmitir su radio- dramatización de La guerra de los mundos ; con un estilo tan realista que irrumpió la vida cotidiana a través de los medios masivos y se volvió tan efectivo que muchos norteamericanos corrieron aterrados ante la inminencia de un ataque interplanetario. Me he resistido a escribir sobre obras literarias, pero ya que topamos con la minificción del post anterior, hablemos en breve de el Código Da Vinci , expuesto en la cuneta de todas las calles rentables de la capital. En Santiago de Chile. Formato: Hoja impresa, VCD y DVD. Me pregunto por qué llama tanto la atención una obra literaria, más que Borges o Cortázar, muy superiores a mi

Minificciones.

Siempre he soñado con escribir cuentos muy breves . Como los de 100 palabras que convoca todos los años la revista Plagio . (Cada año he enviado alguno, pero es como sacarse la lotería, hay demasiados concursantes) O los de Augusto Monterroso. O esos espectaculares de Julio Torri. Con ese sentido de humor que tiene Ana María Shúa . O los sorprendentes de Luisa Valenzuela. O así como los magníficos hiper hiper breves de Marco Denevi. Me gusta Juan José Arreola y de las chilenas Pía Barros. En fin, es impresionante contar en tan pocas palabras una historia completa y sorprender al lector con alguna idea maravillosa. Tal vez algún día, después de tanto teclear invente una frase o un cuento breve que justifique todas las otras palabras, superficiales, inadecuadas y pasajeras, que he escrito en este blog. “Preocupación” —No se preocupe. Todo saldrá bien —dijo el Verdugo. —Eso es lo que me preocupa —respondió el Condenado a muerte. ORLANDO

Vivir sin rencores (parte II)

El rey David perdonó a su hijo Absalón que le armó una guerra civil sin que se diera cuenta, ambicionando el poder. Moisés perdonó a Miriam , su hermana, que lo había “pelado” con todo mundo, y rogó: “Te ruego, oh Dios, que la sanes ahora.” El apóstol Pablo a sus ofensores: “Y al que vosotros perdonáis, yo también;” Distinto fue Saúl que persiguió al que creía su gran enemigo y terminó suicidándose. Hace algún tiempo asistí a una cena, destinada a reunir algún dinero para enviar una misionera a Viet-nam. Entre todo lo expresado y comido, vimos estas escenas tan impactantes que todavía y pasado un tiempo me impresionan. Me quedé pensando en esos niños ¿qué sería de ellos? Me he encontrado con la impresionante historia de una sobreviviente: “Vivimos miedo, desesperación y sufrimiento. Treinta años después hay mucho por hacer, pero veo a la nueva generación y creo que nos espera un futuro maravilloso. Siempre rezo por mi país. Creo que debemos recordar lo

Vivir sin rencores (parte I)

T e matan un hijo. Asaltan tu casa. Le roban a tu hermano. Ponen un cuchillo en tu cuello y saquean tus pertenencias. Te ofenden con obscenidades. Difaman tu nombre. Todo eso y más es parte de la fragilidad con que nos movemos en especial en las grandes ciudades, donde pareciera somos cada vez más vulnerables. Días de duelo. Tiempos de ira. Desarrollo de rencores. Capas de amargura empiezan a cubrirnos como vestidos adherentes. Sangramos por las narices, la cabeza parece estallar, se nos duermen las piernas, sentimos pasiones bárbaras y tendencias asesinas. Culpa, culpa, culpa. Algunos promueven la filosofía “ni perdón ni olvido”. Contrario a eso algunos científicos sostienen que el perdón es un valioso antídoto contra las enfermedades modernas. Quizás por esa razón somos una sociedad enferma. ¿Has caminado por las calles de Santiago? En toda esquina que reúna un poco de gente hay una farmacia. Estamos invadidos de toda clase de remedios p

Autoevaluación.

fotografía de: Yuri Bonder. Me aburre la retórica inconsecuente del "padre Gatica". Cuesta mantener la palabra empeñada. Cuesta pagar lo que se debe. Cuesta sostener una ética cristiana frente al desborde. ¿Quién dijo que sería fácil?

"La casa de Los Carrera"

Cuando llegamos a San Juan de las Casas Viejas todavía existía aquella construcción de adobe donde los fantasmas revolucionarios del 1800 se paseaban en la mente colectiva como si todo hubiese ocurrido el día de ayer. Una evocación tan vívida de sucesos ocurridos en el lugar daba al visitante una impresión de estar en otro país, uno tan pretérito como lo es el adobe por estos lados. El mundo aquel no era sólo añoranza, no, era real, los pasadizos secretos que nunca llegamos a transitar eran cuidadosamente encubiertos con el sencillo mobiliario de los habitantes de la casa, la “Casa de los Carrera”, preservada de miradas incrédulas o de individuos que quisieran sustraer algún patrimonio, poco en realidad. Porque la historia también es un asunto de fe. No sé si todo era una fábula de mentes envejecidas, que tejían sillas de mimbre y usaban rueca para hilar lana; los laberintos donde se escondieron los patriotas (entre ellos Manuel Rodríguez) que huían de los realistas

Más de 30 millones de blogs.

foto de: emol.com Por estos días se analiza el crecimiento de los blogs como un fenómeno de los dos últimos años. Cualquiera puede escribir. Ni siquiera se necesita tener un PC en casa con esto del aumento de los ciber. Todos podrían usar esta forma de expresión con un poco de trabajo y algo de empeño. Como herramienta de información, es un buen medio para sacarse las neuras; como terapia espiritual, sicológica y sentimental, vale. Como espacio educativo, periodístico e histórico. Algunos hasta logran ganar algunos pesos. Le he insistido a un amigo que proyecte sus ideas en una página ¿qué estará esperando? Hombre culto, versado en materias tan amplias como idiomas, literatura, historia, teología, sería un gran aporte. Bueno, es cosa de atreverse. Aquí hay un buen dato para enterarse de cómo van en esta irrupción masiva en la web, tanto que tendríamos que gastar un par de años para leerlos a todos. Algunos dicen que es un altoparlante de la

Cuenteros.

Oh, sí, recuerdo con nitidez las noches que nos acomodábamos a la orilla del brasero para oír las espeluznantes historias de aparecidos, de oscuros pactos donde el alma era la mejor moneda y, tiritando de miedo, nos apretujábamos unos a otros casi esperando que cantara un tue tué o pasara al galope un caballo negro montado por una negra figura. Las mañanas eran también las noches; el sol poseía un brillo más dorado porque la noche era fantástica y dramática; el día era placentero porque la oscuridad se esperada con emoción. Años después vine a leer aquellos versos de León Felipe: "Yo no sé muchas cosas, es verdad. Digo tan sólo lo que he visto. Y he visto: que la cuna del hombre la mecen con cuentos, que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos, que el llanto del hombre lo taponan con cuentos, que los huesos del hombre los entierran con cuentos, y que el miedo del hombre... Yo sé muy pocas cosas, es verdad, pero me han dormido con todos los cuentos... y sé todos l