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Mostrando las entradas de junio, 2006

Rejas

La foto: nocturama

El asombro.

"Voy a envejecer para todo. Para el amor. Para la mentira. Pero nunca envejeceré para el asombro. Siempre me seguirán asombrando las cosas elementales". ( C hesterton.) Me ha recorrido una especie de escalofrío cuando leo acerca de Marla. Marla Olmstead, seis añitos, una belleza propia de esa edad. ¿Quien no es bella en la niñez? El asombro me saca de la rutina, me deja perpleja frente a la inocencia, el esplendor y la libertad de una niña que crea mundos delicados y sorprendentes. Un recuerdo lejano me acerca a esa rara luminosidad de la memoria, una vez tuve seis años y, como ella, escribí signos en papel, nunca con la genialidad que ella pinta, por cierto. Se es niño o niña sin saber cuánto valor en dinero o talento tiene lo que se crea. Ideas, colores, formas, representaciones, palabras, sonidos, el constante impulso que da felicidad, más aún si somos amados y protegidos. Determinar si es arte o simples colores superpuestos no me corresponde. Hay personas ex

Me siguen gustando los sombreros.

Alguna vez dije que me gustaban los sombreros. Pamelas, dicen en otros países. Gorrito, les llaman en el Sur. Capucha, boina, cucurucho, bonete, panama, turbante, como sea, no podemos desconocer la creatividad y belleza de estos que nos regala Ascot. He descubierto que tengo algunas preferencias permanentes, Borges, Cortázar, Alex Rodríguez, Libro de Notas y...los sombreros, sobre mi cabeza o en otras, me da igual. Proporcionan una especie de felicidad. Los fotografías gracias a: Alessia Pierdomenico , para Reuters.

Plaza de Armas

“Uno no escoge el país donde nace; pero ama el país donde ha nacido.” (Gioconda Belli) Toda ciudad que se valore debe tener una Plaza de Armas. A lo largo de Chile hay de todos los portes y para todos los gustos. Cada alcalde electo tiene una fijación con este espacio público, lo esgrime como una magna obra hacia la posteridad, cambiando a destajo la ornamentación, las estatuas, los asientos o las fuentes de agua. Luego viene el siguiente y así sucesivamente, ad eternum. La Plaza de Armas de Santiago acoge al visitante sin discriminar; bancos de madera noble, jugadores de ajedrez, músicos buscando trabajo, escolares esquivando clases, predicadores fogosos. Las palmeras le dan un aire medio tropical que no le acomoda, pero en fin, algún criterio alcaldicio. Los espectaculares atardeceres entre los altos edificios, justifican todo ocio. Sentados junto a ancianos que dan de comer a las palomas, esperamos que el sol vaya cayendo leve y grácil, en un espacio de tiempo que ap

Un país llamado Chile (parte tres)

Para conocer una ciudad hay que recorrerla paso a paso. Para conocer Santiago me calzo zapatillas, y me detengo en cada esquina, admirando su arquitectura, los detalles que alguien creó alguna vez para provocar admiración. Grandes parques, pequeños jardines interiores, ventanales con fierro decorado, puertas de maderas nobles, antiguas manillas de bronce, árboles cuidados con esmero año tras año. Tal vez es cierto que Santiago es una ciudad peligrosa, pero no es menos cierto que su encanto sobrepasa todos los mitos. Hay que viajar con sencillez, sin ostentación, confiados. Nunca nos defraudará. Las fotos gracias a: Sebastián Sepúveda V. y José Luis Rissetti para Emol.

Un país llamado Chile (parte dos)

He escrito bastante sobre Santiago. Nunca es suficiente. Para una provinciana como yo, la fascinación de los rincones, las callecitas intrincadas y las grandes avenidas no termina con algunas imágenes digitales o unas breves páginas. Santiago es mucho más que cualquier reportaje o artículo medianamente escrito. Amamos esta ciudad irracionalmente, sin detenernos en sus muchos defectos o carencias; nos duele la pobreza, la suciedad, el hacinamiento. Por otro lado nos alegra el bullir, el constante viaje, las múltiples alegrías, los magníficos atardeceres, la nieve sobre Los Andes, el ondulante río que guarda vida. Los parques escondidos detrás de cualquier esquina... Aquí escribí alguna vez de Santiago: http://toyita.blogspot.com/2004/06/santiago-del-nuevo-extremo.html http://toyita2.blogspot.com/2005/01/llegar-santiago.html Y otros han escrito aquí: http://www.puntosantiago.cl/ http://www.nuestro.cl/opinion/columnas/origen_familia1.htm http://w

Un país llamado Chile (parte uno)

A pesar de la tan celebrada globalización, hay personas que no tienen idea dónde está Chile . Mirando concienzudamente el mapa del mundo no podemos pretender que los Ghanenses nos ubiquen dentro del planeta. Ni los Togoleses. O los Congoleños. De milagro los Nauruanos saben que existimos. Y para los Kirguiz nuestro nombre les debe sonar a garabato. O nos confunden con una comida picante. Así es que en beneficio de algunos amigoas extranjeros, me he dado a la tarea de escribir estas notas, espero entretenidas, para animar a alguno a que nos conozca. Y tal vez viaje a Chile. Y nos ame. Nuestro país es laaaaaaaaaaaaaaaarrrgooooooo (más de 4.200 klms.) Al Norte, empezamos el viaje en eso del paralelo 17º. Arica, dicen, es la ciudad de la eterna primavera. Al Sur, donde se acaba el mundo, la Antártida. Todo a lo largo cercado por el Océano Pacífico y ¿me creerías?, los mariscos y los peces son un alimento poco apreciado por los chilenos. B

Regreso.

Me perdí la toma de los estudiantes “ pingüinos” . Ajena a la fiebre mundialera recién he venido a percatarme de los cambios que provoca cada evento como éste. A pesar del invierno, las lluvias, el frío...el fútbol vence barreras, incluso mi nulo interés. Y los concursos de bellos jugadores, alegría en las miradas femeninas; la risa de Ronaldinho. Me perdí los sabrosos entretelones de la Presidenta Bachelet con la Sra. Hillary Clinton. Y la tristeza que provoca la muerte de una escritora , Stella Díaz. Me perdí el tributo a Borges. En algún próximo post voy a compensarme de eso. En fin, todo tan importante, tan cambiante, sucesos que se deslizan uno tras otro sin darnos tiempo a meditarlos; tiempos de asombro...todavía. También de nostalgia por los amigos que no están... En estos 21 días , muchas confidencias. Emití algunas opiniones que a alguien le están cambiando la vida, aun cuando ha sido sin pretensiones. Memoricé algunas palabras de El