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El asombro.

"Voy a envejecer para todo. Para el amor. Para la mentira. Pero nunca envejeceré para el asombro. Siempre me seguirán asombrando las cosas elementales". (Chesterton.)

Me ha recorrido una especie de escalofrío cuando leo acerca de Marla.

Marla Olmstead, seis añitos, una belleza propia de esa edad. ¿Quien no es bella en la niñez?

El asombro me saca de la rutina, me deja perpleja frente a la inocencia, el esplendor y la libertad de una niña que crea mundos delicados y sorprendentes. Un recuerdo lejano me acerca a esa rara luminosidad de la memoria, una vez tuve seis años y, como ella, escribí signos en papel, nunca con la genialidad que ella pinta, por cierto. Se es niño o niña sin saber cuánto valor en dinero o talento tiene lo que se crea. Ideas, colores, formas, representaciones, palabras, sonidos, el constante impulso que da felicidad, más aún si somos amados y protegidos.

Determinar si es arte o simples colores superpuestos no me corresponde. Hay personas expertas en esas cosas. Por el momento me alegro de ver que a los niños se les deja expresarse...

Lee más aquí:

www.marlaolmstead.com

www.20minutos.es/galeria/1270/0/0/

noticiacristiana.com

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Los colores de Septiembre.

"¡Mira, el invierno se ha ido, con él han cesado y se han ido las lluvias! Ya brotan flores en los campos; ¡el tiempo de la canción ha llegado! Ya se escucha por toda nuestra tierra el arrullo de las tórtolas. La higuera ofrece ya sus primeros frutos, y las viñas en ciernes esparcen su fragancia." Todos los colores nos invaden y nos dejamos penetrar por la belleza. ¿Por qué no disfrutar la primavera? (Los versos: Rey Salomòn. La foto de :Thomas Briggs)
 

Temuco.

Dije que empezaría por el principio. Cuando todavía lloras lágrimas sin estrenar el corazón. Y empecé a escribir sobre mi abuela Juanita, una mujer extraordinaria, mujer de coraje, de fe; he conocido pocas de esa calidad. Indudablemente, no tengo ni un mérito al referirme a ella, mas bien una especie de asombro de haberla conocido. Sin embargo, debo confesarlo, me cuesta recordar el pasado. Es tan precioso este presente, tan exuberante, tan…casi no tengo calificativos para definirlo con precisión. Me gusta este tiempo. La eternidad de este momento, mientras, sentada frente al PC escribo y trato de recordar y pienso en ti, imagino un rostro, una mano moviendo el mouse, unos ojos leyendo estas letras. ¿Hay algo más fantástico que encontrarse con lector@s (para una escritora rudimentaria como yo) en un punto del universo y tener una conjunción de pensamiento? Tal vez eso suceda cuando ni siquiera esté viva. Esta noche ha llovido. Hay en el aire una frescura nue