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Cuarenta mil millones de pájaros.

Habitualmente leo la columna de Marcelo Birmajer en la revista Ya.
Cuando encontré este cuento, me pareció que él explica mucho de nuestra naturaleza.
No resisto el impulso de compartirlo. Espero les guste.

"-Cuarenta mil millones de pájaros –dijo Dios- ¿Te das cuenta? Desde q comenzó el mundo he fabricado cuarenta mil millones de pájaros. ¿Dónde están, q ha sido de ellos, en q invertí mi trabajo? Podría haber hecho 20, 50, 60 pájaros. Si total vuelan, dan la vuelta, todo el mundo podría verlos. Un par de días en África, otro par en Asia, un par en América…cien pájaros q salgan de gira. ¿Me puedes explicar para q tenía q hacer cuarenta mil millones de pájaros?

-No se –dijo Dukinsky confundido- Tus designios nos son ocultos.
-Ahora no –interrumpió el Señor- Te abro los libros. Te muestro las cuentas. Quiero q me ayudes a paliar el déficit. Vamos a dejar cien pájaros. Inmortales. Cien pájaros, y punto.

-Señor –dijo Dukinsky- No me parece q tengamos q ahorrar en pájaros. No creo q sean tan caros.
-¿Para q quieren ustedes los pájaros?
-Bueno, no sé bien. Pero son muy bellos. Además, en primavera gorgean. Y Hitchcok, Hitchcok hizo una película muy buena con los pájaros. La gente ama a los pájaros.

-¿La gente? ¿Quién es la gente? Siempre q pasa algo malo, la gente no tiene nada q ver. ¿Quién hace las cosas malas? ¿Acaso han creado otra especie y no me enteré? Pero, bueno, te llamé como mi contador. En días. Puedo ahorrar en días.
-No entiendo –dijo Dukinsky.
-Hice siete días. Con lo que junte toda tu descendencia, no podrías comprar un día. Son muy caros. Vamos a ahorrar. Vamos a eliminar el jueves.

-¡No! –grito Dukinsky.
-¿Por qué no? No es tan grave. Lunes, martes, miércoles viernes, sabado, domingo ¿No te alcanza?
-Es q el jueves me reúno con mis amigos. Comemos pizza, la pasamos bien. Dejemos el jueves tranquilo.
-El miércoles, entonces.
-El miércoles es el cine a mitad de precio, el día de la clase media.
-Bueno, ¡El domingo! –dijo Dios algo exasperado.
-El domingo…fútbol de primera –lo corto tímidamente Dukinsky.

-¿Me estas diciendo q tampoco ahorremos en días?

-Todos tus días están bien hechos, Señor –dijo Dukinsky realmente convencido- Tampoco podemos ahorrar en días.
-A ver, dime, en que me recomiendas ahorrar.
Isaac meditó.
-En malvados –dijo finalmente- Ahorra en malvados. Hay muchos y podemos prescindir totalmente de ellos.

-Ah, q mal consejero has resultado. No sería ningún ahorro: los malvados no los hago yo. Se hacen solos.

-Q bien –dijo irónico Dukinsky- Cuando salen las cosas bien, eres Dios, y cuando salen mal, eres existencialista.

-No te llamé como filósofo, sino como contador. Dime en q ahorro.

Isaac no sabía q quitarle al mundo.

-Nada, Señor –dijo finalmente- No puedo ayudarte. No hay nada en el mundo q me parezca q pueda quitarse.

-Pero si les gusta tanto, ¿Por qué se matan, por qué lo rompen, por qué sufren los siete días q quieres mantener?

-¿Tú no tienes la respuesta? –preguntó Isaac Dukinsky.
Pero Dios ya no estaba a su lado."


Marcelo Birmajer.
escritor argentino.
revista Ya 26.4.05.

Comentarios

ecasual dijo…
Qué gran relato. Saludos!
Natho47 dijo…
Hace dos en Italia vi en el cielo una cantidad de pajarós increible,nunca había visto un espectaculo de esa magnitud.

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