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Alegría y tristeza.

No sé si solo los hombres saben que morirán. Una vez se murió un perro delante de mis ojos y su expresión era (como dice mi amigo ecazes) de desolación. Tal vez no sabía lo que era la muerte -¿quién lo sabe?-, pero esa mirada era una despedida, definitivamente.

Los agnósticos adjudican a esa especie de angustia que a veces nos asalta a la conciencia religiosa y a la promesa de una vida eterna. “¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?”, gritaba el Apóstol Pablo.

“Para todos tiene la muerte una mirada”, escribe Pavese.

“Y la muerte no tendrá señorío…” sueña Dylan

Se nos enseña cómo vivir.

Poco a morir.

Alguna vez escribí:“Cómo vives y cómo mueres hace la diferencia entre la nobleza y la vulgaridad; entre lo inmortal y lo perecedero” (si deseas leerlo aquí va).

Entre las muchas alegrías, las huellas de sangre en mi vereda me entristecen.

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Los colores de Septiembre.

"¡Mira, el invierno se ha ido, con él han cesado y se han ido las lluvias! Ya brotan flores en los campos; ¡el tiempo de la canción ha llegado! Ya se escucha por toda nuestra tierra el arrullo de las tórtolas. La higuera ofrece ya sus primeros frutos, y las viñas en ciernes esparcen su fragancia." Todos los colores nos invaden y nos dejamos penetrar por la belleza. ¿Por qué no disfrutar la primavera? (Los versos: Rey Salomòn. La foto de :Thomas Briggs)
 

Temuco.

Dije que empezaría por el principio. Cuando todavía lloras lágrimas sin estrenar el corazón. Y empecé a escribir sobre mi abuela Juanita, una mujer extraordinaria, mujer de coraje, de fe; he conocido pocas de esa calidad. Indudablemente, no tengo ni un mérito al referirme a ella, mas bien una especie de asombro de haberla conocido. Sin embargo, debo confesarlo, me cuesta recordar el pasado. Es tan precioso este presente, tan exuberante, tan…casi no tengo calificativos para definirlo con precisión. Me gusta este tiempo. La eternidad de este momento, mientras, sentada frente al PC escribo y trato de recordar y pienso en ti, imagino un rostro, una mano moviendo el mouse, unos ojos leyendo estas letras. ¿Hay algo más fantástico que encontrarse con lector@s (para una escritora rudimentaria como yo) en un punto del universo y tener una conjunción de pensamiento? Tal vez eso suceda cuando ni siquiera esté viva. Esta noche ha llovido. Hay en el aire una frescura nue